Palabra de vida
El poder de la Palabra de Dios
Amados Hermanos unas palabras para recordar lo que es el poder de la palabra de Dios.
Vamos al Salmo 119: versículo 105. ”Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino ” y podemos leer también en Juan 8:12 ”Otra vez Jesús les hablo diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”
Desde los tiempos antiguos Dios ha hablado al hombre de una manera firme y contundente. Ha revelado su voluntad. Podemos decir que hoy en día somos privilegiados porque tenemos acceso directo la palabra de Dios, que es la biblia; pero no todos la aprovechan. Si hay algo necesario e imperativo hoy en el mundo es conocer la palabra de Dios, ya que ella es luz en tanta oscuridad que hoy reina. En un mundo donde todo es relativo y superficial, La palabra de Dios es lo único seguro, en la cual podemos depositar toda nuestra confianza.
Sin embargo, cuantas personas en su obstinación, en su ceguera y sordera espiritual, han cerrado su corazón a las verdades de Dios y ”profesando ser sabios se han hecho necios”. (Mateo 22:29). Bien lo dice El Señor cuando en cierta ocasión disputaba con un grupo de saduceos: ”Ustedes están equivocados, ni saben lo que dice la Biblia, ni conocen el poder de Dios”. Esto también nos puede ocurrir, que, por falta de conocimiento de la palabra de Dios, caigamos en errores y equivocaciones que muchas veces nos cuestan demasiado sufrimiento y haciendo sufrir los demás.
Si Nosotros los seres humanos comprendiéramos la dimensión de la riqueza que contiene la Biblia, no nos rendiríamos tan fácil o rápidamente ante los problemas de la vida, que a través de su meditación y estudio permanente comprenderíamos las verdades relacionadas con Dios, como esto que nada hay imposible para él. Conocer su palabra nos lleva, por tanto, a desarrollar fé, y como la fe mueve montañas, nos lleva a ver al Dios de los milagros, el Dios de los hechos sobrenaturales. La invitación es a meditar en estas verdades acerca de la palabra de Dios, que nos llevaran a vivir por encima de las circunstancias. Permitamos que ella alumbre nuestras vidas y así evitaremos andar en medio de las tinieblas. Y recordemos que: La Palabra de Dios es Viva y eficaz, penetra hasta lo mas profundo del corazón. (hebreos: 4:12).
Por Stella Ahlvin

Alineados con Dios y su palabra
Amados hermanos les comparto unas palabras de aliento y ánimo, y recordarles como dice en Proverbios 15:31 “El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará.” Por eso tenemos que estar alineados con Dios y su Palabra.
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.” Juan 8:31-32
Que la Palabra de Dios sea la guía para tu vida en este tiempo.
Somos lo que dice su Palabra.
Recibiremos las bendiciones que están en su Palabra
A menudo el enemigo busca desalinearnos con pensamientos de desanimo, temor, duda e incredulidad acerca de lo que Dios tiene para nuestras vidas y es allí cuando el conocimiento de la Palabra de Dios hará que no perdamos nuestra fe en las promesas de Dios y podamos mantenernos en ellas.
“asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.” Filipenses 2:16
Así que es necesario creer, asirnos de su Palabra, declarar sus promesas, ser fortalecidos por su Palabra, reprender al enemigo con la Palabra de Dios.
“Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará” Daniel 11:32
El conocimiento de su Palabra y sus promesas nos harán discernir la voz del enemigo y estar atentos ante sus ataques, y así al ser fortalecidos en su Palabra alcanzaremos las promesas que Dios tuene para nosotros.
Hoy te insto a creer en todas las promesas que Dios te ha hablado a confiar en su Palabra por encima de lo que estés viviendo.
DIOS CUMPLIRÁ CADA UNA DE LAS PALABRAS QUE TE HA HABLADO.
Bendiciones / Stella Ahlvin.
Intimidad con Dios
Amados Hermanos les comparto unas palabras de aliento y ánimo, y recordarles que debemos tener un pequeño espacio para el Señor.
Oremos al Señor: Señor, quiero aprovechar cada momento para conocerte más, para entrar en la plenitud de tu presencia, entender lo que tienes para mi vida y el propósito para el cual estoy aquí. Te amo Señor, amén.
Dios dice en su Palabra: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” Marcos 1:35.
Pensemos
El Señor Jesús mantenía una relación constante con el Padre, buscaba estar a solas con Él, le obedecía y se mantenía en constante oración, así como cuando nos enamoramos de nuestra pareja, la llamamos por teléfono, estamos pendientes para saber como esta y buscamos cualquier pequeño espacio para dialogar, conocernos y acercarnos más.
Comparativamente el amor de Dios implica una relación íntima, constante y que crece en el conocimiento. Entre más lo conocemos, más lo amamos porque nos damos cuenta que Él nos amó primero y envió a su Espíritu Santo a nosotros como prueba de su amor.
Dios ya nos conoce, pero nosotros estamos en ese proceso mediante el estudio de su Palabra vamos conociendo el amor que nos dio en Cristo y empezamos a tenerlo en cuenta en cada espacio de nuestra vida, no solo en momentos difíciles o cuando ya no vemos salid, muchas de nuestras equivocaciones surgen de un pequeño espacio de nuestra vida donde no lo tenemos en cuenta, considerando que podemos hacer las cosas sin necesidad de consultarle a Él.
El amor de Dios está en nosotros cundo creemos en Jesús, pero se manifiesta cuando mantenemos una relación diaria, constante y real con Él. Así que, esos pequeños espacios de nuestra vida donde no tenemos en cuenta a Dios, cámbiemelos por aquellos de intimidad y conocimiento de Dios.
Bendiciones / Stella Ahlvin.
Sin fe es imposible agradar a Dios
Amados Hermanos les comparto unas palabras de aliento y ánimo.
Dios dice en su Palabra: “6Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. 31Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.” Hebreos 11: 6, 31.
Oremos al Señor: Señor, sé que la fe en perspectiva implica creencia, acción, confianza y obediencia para poder tener una relación sólida y segura contigo. Por eso deseo agradarte buscándote de corazón, convencido de que siempre estás ahí esperando que me presente delante de ti y confiado en que cumplirás tus promesas. Amén.
Pensemos
Dios muchas veces utiliza a personas con una fe senculla para lograr sus grandes propósitos, no importando que tan insignificantes parezcan. Rahab, una prostituta pagana que apenas había escuchado de Dios y que tenía un vago conocimiento de Él. Sabía de la presencia de los hebreos al otro lado del Jordán, de sus logros obtenidos en el desierto y de la inminente toma de Jericó por parte de ellos. Entonces decidió engañar a los militares de su propio pueblo, para proteger a los espías que se habían hospedado en su casa en Jericó. Su fe era inmadura y aunque mintió diciendo que había pasado por allí y que ya se había ido, los tenía escondidos en el terrado de su casa para protegerlos del peligro de muerte. Dios usó su incipiente fe para llevar a cabo su obra. Ella estaba convencida de la supremacía de Jehová y de la protección que el Dios de los hebreos le daría por haber ayudado a los suyos, por eso hizo un juramento con los espías, esperando la promesa de ser protegida el día en que Jericó fuese tomada. Su casa daba contra la muralla que protegía la cuidad, hizo que ellos salieran de noche por una ventana que daba hacia el campo, los espías dejaron un listón rojo como una señal visible de la promesa de seguridad para ella y su familia el día de la conquista
Dios dirigió providencialmente hacia la única persona que creía en Él, por su fe los recibió en paz. Fue una buena obra de fe que la justificó. Fe qye se puso por encima del temor y que la hizo aventurarse por el Dios de los israelitas y que le agradó a Él.
La verdad es que nuestra fe es indispensable y vital si deseamos agradar a Dios. Nuestra fe no solo es creer en Dios sino creerle a Él y a sus promesas. Una fe que nos impulsa a buscarlo de corazón y descansar en su promesa.
La fe y el creer sin duda se relacionan, pero la fe es más que creer, va de la mano con la acción que nos lleva a la obediencia. La fe es la sustancia de nuestra confianza en Dios, es tener plena seguridad de que recibiremos lo que esperamos, aunque ahora no lo veamos. Di deseamos agradar a Dios es esencial que creamos que existe, pero también que es galardonador de los que buscan.
Bendiciones. / Stella Ahlvin.
Instrumentos de Dios
Amados Hermanos les comparto unas palabras de aliento y ánimo, y recordarles que indudablemente sin el Espíritu del Señor no somos nada. Como Dios dice en su Palabra: “Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.” 1 Reyes 18:37.
“Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” Juan 3:20-21.
Pensemos que cuando nos disponemos a clamarle a que nos use para sus propósitos Dios actúa en nuestra vida poderosamente y los demás conocerán que Él existe, porque nuestra vida refleja su gloria cuando le obedecemos, le servimos y actuamos siendo guiados por Espíritu Santo que ha dejado en nosotros para que demos un testimonio real de que Jesús es el camino al Padre.
Entonces las personas a nuestro alrededor no pueden evitar ver la luz que reflejamos, unos la rechazan porque quieren seguir en la oscuridad, otros querrán gozar de la misma luz, pero indudablemente todos verán que Cristo mora en ti, y esto es nuestra plenitud que siendo imperfectos un Dios perfecto vive en nosotros y actúa a través de nosotros cuando nos disponemos a ser guiados por Él.
¿Estas dispuesto a orar a Dios, a conocerlo y a obedecerle? prepárate para alumbrar y ser bendición para las personas que te rodean, entonces muchos volverán el corazón a Dios cuando conozcan a Cristo.
Oremos al Señor: Señor, responde a nuestro clamor, el mundo te necesita y por eso hoy dispongo mi vida para que la uses para tu gloria, para mostrar tu amor, ese amor con el que me amaste aun cuando estaba en mis pecados, me perdonaste y me limpiaste para no ser mas un esclavo del pecado. Amen.
Bendiciones. / Stella Ahlvin.
Indudablemente sin el Espiritu De Dios no somos nada
” Respóndeme, Señor, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Señor eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.” 1 Reyes 18:37
” Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifestó que sus obras son hechas en Dios.” Juan 3:20-21
Pensar que cuando nos disponemos a claramente y a que nos use para su propósito, Dios actúa en nuestra vida poderosamente y los demás conocerán que él existe; porque nuestra vida refleja su gloria cuando le obedecemos, le servimos y actuamos siendo guiados por el Espíritu santo que ha dejado en nosotros, para que demos un testimonio real de que Jesús es el camino al Padre.
Entonces, las personas a nuestro alrededor no pueden evitar ver la luz que reflejamos, unos le rechazarán porque quieren seguir en la oscuridad, otros querrán gozar de la misma luz, pero indudablemente, todos verán que Cristo mora en ti. Y esto es nuestra plenitud, que siendo imperfectos un Dios perfecto vive en nosotros y actúa a través de nosotros cuando nos disponemos a ser guiados por él.
¿Estás dispuesto a orar a Dios, a conocerle y obedecerle? Prepárate para alumbrar y ser bendición para las personas que te rodean, entonces muchos volverán su corazón a Dios cuando conozcan a Cristo.
“Señor responde a nuestro clamor, el mundo te necesita y por eso hoy dispongo mi vida para que la uses para tu gloria, para mostrar tu amor, ese amor con el que me amaste aun cuando estaba en mis pecados, me perdonaste y me limpiaste para no ser más un esclavo del pecado. Amén.”
Bendiciones.
Sobre todo cuando estamos en tribulación tenemos que confiar mas en ti Señor
Como David en el Salmo 31:9-18 (leerlo antes es bueno) nadie puede andar por la vida sin enfrentar problemas. Si el ejemplo de David es algo a tener en cuenta, cualquiera en una posición de liderazgo enfrentará más que los demás.
David estaba en problemas “el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, con mi cuerpo” (v.9). El enfrentaba desafíos espirituales, mentales y físicos. Enfrentaba angustia, dolores, lamentos, debilidades y enemigos, fue el hazme reír de sus vecinos, enfrentó quebranto, terror, conspiración y complots.
No obstante, en medio de la situación fue capaz de decir “pero yo, Señor, en ti confío y digo: tú eres mi Dios, mi vida entera esta en tus manos” (v.14-15). Confiaba en el gran amor de Dios (v.16). En ocasiones, cuando las cosas marchan mal es difícil creer que Dios realmente te ama, pero el si te ama. David clamaba pidiendo ayuda porque confiaba en que Dios lo libraría.
Es durante los tiempos difíciles que el objeto en el que realmente confías se pone aprueba, peco como escribió Henry Ford “cuando todo parece estar en tu contra, recuerda que el aeroplano levanta vuelo en contra del viento, no a su favor.” Confia que Dios obra para el bien de los que lo aman, aquellos que han sido llamados conforme a su propósito (ver Romanos 8:28).
Señor, en todos los desafíos que tengo por delante ayúdame a confiar en tu, pero yo en ti confío y digo: tu eres mi Dios, mi vida entera esta en tus manos. Que irradie tu paz sobre tu siervo por tu gran amor sálvame. Señor, no permitas que me avergüence porque a ti he clamado.
Gracias, padre porque yo también puedo dirigirme a tu como “Abba” y poner mi confianza en ti. Pido oración por todos los planes que tengo por delante, de mono que no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tu. Ayúdame a poner tu voluntad por encima de la mía, amén.
Bendiciones.
Porque para Dios no hay nada imposible
Dios restaura individuos y naciones como dice en su palabra “porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramé sobre tu generación y i bendición sobre tus renuevos.” (Isaías 44:3).
También es bueno leer 2 Crónicas 7:14 y Jeremías 31:17
Que fácil es experimentar desánimo y preocupación ante el panorama del mundo actual y plantearse miles de inquietudes y preguntas acerca del rumbo de las cosas y del futuro, muchas de las cuales quedarán sin respuestas. Sin embargo, hoy podemos contar con una extraordinaria seguridad, la que nos es proporcionada por la fe en las inquebrantables promesas de Dios, llenando de alegría y esperanza al corazón de aquellos que le creen.
Él es el único, el omnipotente Dios capaz de derramar aguas sobre el sequedal en el que se ha convertido nuestra vida y ríos en medio de la aridez que existe en el corazón de muchos de nosotros los seres humanos. El es el único capaz de brindar esperanza a nuestros renuevos que nuestros hijos, en medios de un mundo al que hemos llenado de tristeza, de injusticia y de dolor.
Buscar a Dios, conocerlo, escudriñas su palabra, estar dispuestos a obedecerle constituye la más alta garantía que el estará con nosotros, que no nos dejará, que saldrá por nosotros cada día. Esta fue la enseñanza que David, un rey famoso y próspero daba a sus hijos como la más grande herencia que podía dejarle antes de partir; por encima del oro, plata, la fama y poder.
“Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; más si lo dejares, él te desechará para siempre” (1 Crónicas 28:9).
El que se acerca para conocer a Dios describirá la paz que sobrepasa el entendimiento humano, pues entenderá que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta; que sus pensamientos son de bien y de paz, y que él no desea que ninguno se sus hijos sufran, que ninguno de sus hijos se pierda. Descubrirá que Dios planea bendecir a los pueblos y naciones que a el se acojan, pues tiene el poder necesario para transformar todas las cosas por imposibles que parezcan, aún los viejos sistemas que oprimen engañan y esclavizan.
Hoy queremos unirnos a tu deseo de bendecir nuestra tierra, nos colocamos de parte tuya, Señor, en la tarea de restaurar nuestro país. Hoy disponemos nuestras vidas para recorrer el camino que tú nos señalas, el de la obediencia a tu palabra, la entrega del compromiso por nuestro país. Dios nos moldea y restaura como vasos de barro estamos en sus manos.
“Bienaventurado el hombre que tiene ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el vale de lágrimas lo cambia en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder, verán a Dios en Sion.” (Salmos 84: 5-7).
Bendiciones.
Les quiero dar un nutritivo alimento que esta en Mateo 5:6: bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. También en 2 Timoteo 3:14-17 nos dice: pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sido sabido las sagradas escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñas, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto enteramente preparado para toda buena obra.
Hambre y sed se refiere a una urgente necesidad vital para el ser humano, una sensación fisiológica de angustia que pone en acción a la persona para la búsqueda del imprescindible alimente. Así mismo sucede con la dimensión espiritual que Dios nos ha dado. Tiene constantes demandas de alimento que la nutran y la sustenten. Ese alimento, como claramente lo expresa el apóstol Pedro, es la palabra de Dios, “desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada para que por ella crezcáis para la salvación” (1 Pedro 2:2).
Ahora bien, la palabra de Dios es la más sublime expresión de la justicia, por lo cuanto proviene del que es el Rey justo. Veamos lo que nos enseña el rey David: la ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos.” (Salmos 19:7-9).
El que con vehemencia clama a Dios, reconociendo su grandeza y su poder para obrar en nuestra vida y le pide sabiduría y entendimiento para entender su palabra, la fe para guardarla en el corazón y la templanza y dominio propio para ponerla por obra, con toda certeza el Padre celestial le responde con generosidad. Dios esta interesado en que le conozcamos y ofrece comunicarnos su verdad, y al orar pidiendo conforme a su voluntad, él nos revela abundancia de paz y de verdad.
Además, el mundo necesita de hombres y mujeres cuya vida, pensamientos, acciones y decisiones no se rijan por sus variables emociones o su relativo código de justicia o sus torcidos valores y juicios, sino por la perfecta y limpia palabra de Dios. De esa manera es que, como padres, esposos, hijos o hermanos, jefes o empleados ejercemos el mayor bien a nuestros semejantes. Nos convertimos en agentes de cambio y contribuimos a traer el reino de los cielos a esta tierra, siendo irreprensibles y sencillos, “hijos de Dios si mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos en la palabra de vida”. (Filipenses 2:25-26).
Hablemos con Dios:
“Cuán agradecido estoy contigo Padre celestial, porque prometes saciarme de todo bien y de toda verdad que es tu palabra. Ella es mi sustento cada día y ante su autoridad se sustenta el universo. Dispón mi corazón para buscarla con avidez y obedecerla con prontitud. Amén.”
Bendiciones.
El Señor nos da animo y valor para vivir como dos dice en su palabra
“No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú… a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti y naciones por tu vida”. (Isaías 43:1-4). Esto también lo vemos en 1 Juan4:18 y Salmos 20:1-9 (es bueno leerlos antes de seguir con la lectura).
Cuanto amor y profundo estima encierran estas palabras dirigidas por nuestro Padre celestial a cada uno de sus hijos “no temas”. El temor es uno de los azotes más grandes del hombre, que le bloquea, le paraliza y le impide avanzar hacia los extraordinarios propósitos que Dios ha trazado para tu vida. Sin embargo, el nos dice “yo estoy contigo”.
Es entonces cuando comprendemos que la solución que Dios da frente al temor es su presencia. Ella sola nos basta para vencer el miedo y levantarnos a actuar, a proseguir sin desmayar. Ahora bien, es la oración que el hombre dirige a su Creador y Padre, la mejor manera de experimentar su presencia y ser fortalecidos, pues la respuesta no se hace esperar como lo asegura el profeta cuando escribe “tú guardas en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3).
“Yo te redimí”, otro de los conflictos que agobian a los seres humanos es la culpa, la cual aparece cuando a conciencia nos acusa por los actos incorrectos que hemos cometido. Sin embargo, la gracia, el amor y el perdón de Dios son suficientes para limpiarnos de todo error, transformando nuestro corazón, liberándonos del egoísmo que nos lleva a pecar, y por tanto reemplazando la culpa por una hermosa experiencia de genuino arrepentimiento y profunda gratitud.
Esto sucedió con la mujer adúltera cuando el Señor pronunció estas palabras que también a nosotros nos dirige hoy: ni yo te condeno; vete y no peques más (Juan 8:11).
“Te puse nombre”, cada uno de nosotros es especial para Dios y es el objeto de su amor. Por eso se toma el trabajo de trazar un plan único y particular, de excelencia y amor para cada uno de nosotros. “Mío eres tú”, le pertenecemos a Dios, somos su mas preciosa posesión. “Yo estaré contigo”, es inevitable para el ser humano, por más fuerte, grande o poderoso que parezca sentirse vulnerable o impotente en muchas circunstancias de la vida. Sin embargo, en Dios nuestra debilidad se convierte en fortaleza, nuestro imposible se hace posibles por su poder,
Hablemos con Dios:
“Amado Señor, gracias por este nuevo amanecer, por contar con tu presencia en nuestras vidas porque tu palabra nos infunde el valor, la seguridad y la fortaleza que necesitamos para vivir con tu paz y enfrentar cada día. Señor, ayúdanos a buscarte como preferente asunto de nuestras vidas por medio de la oración. En ti Padre amado no existe el temor, estar en tu presencia nos basta para vencer todos nuestros miedos y nos impulsa a actuar, a proseguir sin desmayar porque tú guardas en completa paz a quienes cuyos pensamientos en ti perseveran. Te pedimos perdón con genuino arrepentimiento y gratitud, porque nosotros somos especiales para ti y somos tú más valiosa posesión y sabemos que estarás con nosotros hoy y siempre. Amén.”
Jesús da sentido a nuestra vida y nos da valor para vivir sin temores.
Bendiciones.
Nuestro padre celestial es un refugio seguro
“Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron” (Salmos 9:9.10). Leer también Salmos 16:1-11.
Dos interesantes enseñanzas podemos extraer de esta porción Bíblica. La primera tiene que ver con la pobreza, pues el salmista nos declara: Jehová será refugio del pobre. Por lo regular relacionamos pobreza con la carencia de bienes materiales, pero las escrituras nos hablan de una pobreza mucho más grave, y es de la espiritual.
Se refiere a aquellos que desconocen la vida abundante que Dios ha provisto para ellos y sufren al no tener a quien acudir, pues solo confían en si mismos o en lo que tienen. Dios nos ama tanto que desea que todos lo conozcan, que todos tengan acceso a su salvación, vida de salud total y que ninguno se pierda. Por eso, extiende una generosa y compasiva invitación para que allí puedan descansar y ser sustentadas por su bien partos de tal forma que nada les haga falta.
La segunda enseñanza se refiere a la necesidad de conocer Dios para poder confiar en él. Dios es nuestro Padre y Creador, nos hizo a su imagen y semejanza. Esto quiere decir con un espíritu diseñado para tener amistad con él y conocer sus planes y propósitos. Un alma con intelecto, emociones y voluntad, así como el la tiene también y finalmente un cuerpo para ejecutar sus designios en esta tierra.
Esto quiere decir que toda relación que con el quiera establecerse de be ser una relación personal que incluya todas las áreas de nuestra vida: espíritu, alma y cuerpo. Así como dos personas pueden construir confianza e intimidad en la medida en que se tratan, comparten sus propósitos y se comunican permanentemente, Dios también espera que cada uno de sus hijos se relacione con él. Que usted y yo podamos reconocer cada día nuestra profunda necesidad de Dios y acercarnos para conocerlo. Depositemos en él toda nuestra confianza y haciendo de él nuestra más grande esperanza.
Entonces el será nuestro amparo, nuestro refugio, nuestra salvación en medio de la angustia.
“Padre celestial, hoy te rogamos que nos reveles a través de tu Espíritu santo que eres un buen Padre, maravilloso al cual debemos acercarnos con todo el corazón y con todo nuestro ser. Así como nos das todo de ti, que nosotros también podamos darte todo de nosotros, pues solo tu eres nuestra esperanza. Gracias por escucharnos, por respondernos y por conocer de ti. Todo lo bueno que tenemos lo hemos recibido de ti y sin ti no tendríamos nada. Tú eres nuestro Dios, eres todo lo que tenemos. Tú llenas nuestras vidas y nos das seguridad si tu estás a nuestro lado, nada nos hará caer. Tu eres nuestro refugio seguro, nuestro protector permanente, Amén”.
Bendiciones.
El Señor tambien nos enseña como contribuir para el bien
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracias a los oyentes” (Efesios 4:29). Leer también Proverbios 10:21 y Colosenses 3:12-17.
La comunicación es un aspecto esencial de todo ser humano, un privilegio que Dios le ha dado del que depende en gran medida el éxito en las relaciones interpersonales. Es el diálogo que fortalece, aviva el amor y lo que sostiene la unidad en un grupo humano de cualquier índole, pero de manera especial, la familia.
La Biblia nos insta a fomentar el amor y la paz entre los seres humanos también nos enseña que uno de los caminos más efectivos es el uso de palabras que edifiquen, esto quiere decir que es necesario hacer un aporte a la vida del que nos escucha, que genere alegría y que produzca esperanza.
Recordemos que edificar significa construir, hacer, erigir, levantar, fundar y crear. Todo eso puede producir usted en el corazón de una persona cuando le habla con palabras cargadas de amor, fe y esperanza.
Con esta manera de expresarse, usted puede hace un importante aporte a la paz y al progreso de su familia y de su nación, porque ¿cuántas guerras se han iniciado en un malentendido, en un juego de palabras inadecuadas e inoportunas? ¿cuánto daño es capaz de hacer la lengua que la Biblia la compara con un pequeño fuego capaz de destruir un bosque entero? Permítame compartirle algunos consejos que le ayudarán a mejorar la comunicación:
- No presuma que usted lo sabe todo, pregunte de vez en cuando
- Provea una atmósfera abierta, de aceptación y libertad
- Elija el momento apropiado para hablar y seleccione las palabras
- No hable sin haber orado. Adquiera el hábito de orar también junto a la persona con la que necesita ponerse de acuerdo o arreglar un asunto. Donde está el Espíritu santo de Dios reinando hay armonía y paz.
- Concentrarse en se un buen escucha
- Esté dispuesto a expresarse con honestidad su punto de vista, si no esta de acuerdo, manifiéstelo, pero con gentileza y amabilidad
- Busque más comprender que ser comprendido
- Admita su equivocación y pida oración. Es más valiente y genera admiración, además que mejora la disposición para llegar a un acuerdo
- Una buena comunicación incluye también el saber cuando hay que callar
- Es más importante amar que tener la razón
Hablemos con Dios:
“Padre amado, gracias por enseñarme como debo expresarme de tal forma que edifique y aporte a la vida de loa que amo y de todos los que pasan a mi lado. Ahora entiendo que la comunicación es el resultado de vivir en comunión con tu santo Espíritu, quien nos da el poder para amar y aceptar a los demás, disolviendo toda barrera emocional y estableciendo fuertes vínculos de amor.”
No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo segaremos si no desmayamos.
Bendiciones.
Conforme a las escrituras
Nuestro remanso de paz
PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 119:165, Filipenses 4:7
Todos nosotros anhelamos experimentar paz y tranquilidad, vivir sosegadamente, disfrutando de las aguas tranquilas por así decirlo; ese anhelo se convierte en una búsqueda constante y a veces no obtenemos los resultados, aunque desesperadamente busquemos esa paz tan deseada.
El camino que el Señor nos muestra para obtener esa paz no parece tan difícil: Él nos hace un llamado especial para que hagamos de su Palabra nuestro alimento diario, nuestra meditación constante.
Decir que hemos confiado en Dios, significa que hemos puesto delante de Él nuestra vida por completo, que hemos renunciado a tener el control, que hemos desistido a la búsqueda de soluciones limitadas a nuestra mente; es decir, que le hemos cedido el control absoluto al Señor, no sólo mientras existe el momento de dificultad, sino para siempre, y que en esa decisión perseveraremos.
Cuando ponemos nuestra confianza en otras personas, o nos aferramos a posesiones materiales, podemos ver que las cosas funcionan por un tiempo; pero jamás experimentaremos la paz y la tranquilidad que anhelamos ansiosamente y que el Señor nos promete. A veces le reclamamos al Señor su cuidado y su protección, sin haber tomado la firme decisión de entregarnos a Él completamente. Deseamos que Él nos cuide, pero no estamos dispuestos a abandonarnos en sus brazos. De esta manera es muy difícil disfrutar de la provisión de paz y cuidado que el Señor quiere darnos, puesto que si no hemos confiado, es porque no nos hemos soltado o desprendido de nuestras razones, y creemos tener la solución en nuestras manos.
Confiar por lo tanto es un acto donde está comprometido todo nuestro ser, nuestra alma, nuestro corazón, nuestra voluntad y pensamientos; recordemos que en Dios está la fortaleza de los siglos.
HABLEMOS CON DIOS
“Señor hoy te ruego que confortes mi corazón tan necesitado de tu paz, esa paz que he anhelado y he buscado infructuosamente en tantos lugares y personas. Hoy sé que sólo Tú puedes brindármela; por eso te ruego Señor que me enseñes a confiar en Ti, para así disfrutar de tan maravilloso beneficio como es tu cuidado, tu paz y tu fortaleza, Amén.”
Su eterna presencia
PASAJE COMPLEMENTARIO: Juan 16:5-15; Salmo 2:7-8
¡Qué maravillosa declaración que nos llena de esperanza! Qué palabras tan propicias justamente en una época donde caminan más seres humanos sobre el planeta que en cualquier otra época, y en la que paradójicamente la gran mayoría de las personas se sienten solas. Con razón los psiquiatras y psicólogos de finales de siglo pasado, se anticiparon a lo que se veía venir, describiendo este siglo, como el siglo de la soledad. Podemos estar rodeados de muchas personas que nos quieren y se preocupan por nosotros, pero muchas veces nos sentimos abandonados, como huérfanos.
Así experimentaron los discípulos de Jesús, tras el anuncio de su inminente partida. Fue imposible no entristecerse al saber que ya no verían más a su Maestro. ¡Cuánta seguridad les proporcionaba su presencia! ¿Cuántas veces los había salvado de peligros, consolado en las derrotas, provisto en la necesidad? ¿Qué sería de ellos ahora? ¿Quién reprendería al viento y al mar para que se aplacase la tormenta y pudieran llegar sanos y salvos a su destino? ¿Quién los sanaría cuando alguno enfermara gravemente? ¿Quién les enseñaría hermosas verdades que alentaban sus corazones y los llenaban de esperanza?
Pero, conociendo el Señor sus inquietudes y temores, les hace este extraordinario anuncio: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”. Pues bien, se trataba del Espíritu Santo, ese regalo especial, esa tierna compañía que nos trae consuelo y abrigo, esa maravillosa persona que nos motiva, limpia, dirige y doblega nuestro ser interior ante Él.
Usted puede abrir hoy su mente y corazón para recibir esta maravillosa verdad. Jesucristo es nuestro Salvador y su Espíritu Santo ha sido enviado como el Consolador por excelencia, a llenar todo vacío, a suplir toda necesidad, a sanar toda herida. Acompáñeme hoy y elevemos juntos esta oración:
HABLEMOS CON DIOS
“Señor Jesús, te necesito para ser feliz. Dame el regalo de tu Santo Espíritu para nunca más sentirme solo (a), y así mi vida pueda recobrar su verdadero sentido, cual es disfrutar de tu amor y convertirme en un instrumento útil en tus manos. Amén”
Él es mi escudo, no seré conmovido
A veces pedimos ver milagros, y cuando llegan tiempos propicios para verlos vamos a clamar a Dios para que lo solucione.
¿Será posible ver a la enfermedad sujetarse sin que haya enfermedad? ¿Podremos ver a nuestros enemigos rendidos, sin un tiempo de confrontación? ¿Habrá testimonios de provisión extraordinaria, sin escasez?
Nos olvidamos que junto con la prueba viene la salida, y que es en ese proceso que Dios nos hace fuertes, preparándonos para lo que viene. Pero claro, nos traiciona la mentalidad de niño, esa que imagina a Pedro caminando sobre las aguas, pero que olvida que las olas y el viento estaban imparables, que tuvo que decidir pisar la nada, y que terminó mojado y humillado. Es cierto caminó sobre las aguas, pero no fue en un estudio de grabación, fue la vida real, y eso moja.
Quiero mirar este tiempo como la oportunidad para poner en práctica este pasaje, mojada incluida, para ver y vivir una vez más, que mi Dios es quien está a mi favor, y que no importa cuánto me moje, será Él quien me levante, me acompañe hasta la barca y calme la tempestad.
Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.
Salmos 5:11-12